Psico

sábado, 24 de enero de 2015

Presentación  PREZI

https://prezi.com/bxwtyy4zrm5g/edit/#43_24309637
Ello, yo y superyó son los tres elementos de la mente humana definidos por Sigmund Freud. Según la teoría de Freud, nuestra personalidad se compone de tres elementos: elloyo y superyó.



Ello
El ello se consta de todos los componentes biológicos de la personalidad, como los instintos sexuales y agresivos. Este es el único componente de nuestra personalidad que está presente en nuestra vida desde que nacemos. Los otros elementos se desarrollan durante nuestra vida. El ello funciona inconscientemente, responde directamente a nuestros instintos.
El ello es como una fuente plena de instintos primarios. Es como la “olla a presión”. Según la teoría freudiana, el ello se guía por el principio del placer, que tiene un único propósito – obtener satisfacción inmediata de todos los deseos y necesidades humanos.
Parece que es imposible satisfacer todas las necesidades y deseos de nuestra vida. A veces una necesidad puede ser dejada insatisfecha. Los que no cumplan sus necesidades van a experimentar un estado de ansiedad o tensión.
Como ya he dicho, el ello está presente en nuestra vida desde que nacemos. Por ejemplo, un bebé hambriento gritará hasta que su necesidad se satisface. El ello es muy importante en nuestra vida, porque nos guía a satisfacer nuestras necesidades primarias para sobrevivir.
Cuando nuestras necesidades están satisfechas, lo que sentimos se llama placer. El ello no se ve afectado por la realidad o la lógica. Las consecuencias no significan nada para el ello, él tiene un soló propósito: satisfacer las necesidades primares.
Yo
El yo es responsable de la relación con la realidad. Este componente de la personalidad tiene el propósito de asegurarse que los impulsos del ello pueden expresarse de una manera aceptable para la sociedad en que vivimos. El yo desarrolla varios mecanismos de defensa para hacer frente a la ansiedad y las tensiones.
El yo es impulsado por el principio de la realidad que trata de satisfacer los impulsos del ello de una manera aceptable. El principio de la realidad compara los costos y los beneficios de una acción y después, decide actuar o abandonar los impulsos respetivos.
El yo es el mediador entre los deseos poco realistas del ello y el mundo externo, el mundo real. El yo también busca el placer tal como el ello lo hace. Pero hay una diferencia. El ello busca el placer y no le importa en absoluto las consecuencias. El yo trata de evitar el dolor y busca el placer de una manera realista.
Freud hizo una analogía: el ello es el caballo, mientras que el yo es el piloto. El piloto trata de controlar la fuerza superior del caballo.
A menudo se utiliza la metáfora del iceberg para explicar la relación entre las tres partes de la psique humana: ello, yo y superyó. Según esta metáfora, el ello representa la mitad de la conciencia y una cuarta parte del preconsciente. La otra cuarta parte se encuentra en el inconsciente.
Superyó
Según Sigmund Freud, el último componente de nuestra personalidad es el superyó. El superyó incorpora las normas morales y valores de la sociedad en que vivimos. Aprendemos estas normas y valores, especialmente de nuestros padres, pero también de otras personas que nos rodean como amigos, abuelos y maestros. Freud sugirió que el superyó se desarrolla a la edad de 4 – 5 años, durante la etapa fálica del desarrollo psicosexual.
El superyó controla los impulsos del ello, especialmente los no aceptadas por la sociedad en que vivimos. Por lo general, los instintos sexuales y agresivos no son aceptados por las personas que nos rodean.
El superyó tiene dos partes principales: el ideal del yo y la conciencia moral.
El ideal del yo es el retrato imaginario que muestra cómo debemos ser para respectar las reglas de la sociedad en que vivimos. El comportamiento que tratamos de lograr es fuertemente influenciado por nuestros padres y otros autoridades de nuestra vida. Respectando estas normas y reglas, nos sentimos aceptados, y tenemos sentimientos de orgullo y logro.
La conciencia moral contiene información acerca de las cosas y el comportamiento inaceptable por nuestros padres o por nuestra sociedad. Comportamientos prohibidos pueden conducir a la pena y el sentimiento de culpa. Por ejemplo, si el yo trata de satisfacer los impulsos agresivos del ello, el superyó hará que la persona se sienta culpable.
Los seres humanos parecen ser un campo de batalla donde dos luchadores de gran alcance, el ello y el superyó luchan juntos. El yo tiene la misión difícil de mediar los conflictos entre el ello y el superyó. El ello exige la satisfacción de los instintos primarios. El superyó se centra en las normas morales de nuestra sociedad y puede hacer que el yo se sienta culpable.
Según Sigmund Freud, una personalidad sana se caracteriza por un equilibrio entre  los tres elementos de la mente humana: ello,  yo y superyó.



Articulo: http://psicoanalisisdefreud.com/ello-yo-y-superyo/
El desarrollo psicosexual


El desarrollo psicosexual es un elemento importante de la teoría psicoanalítica. Según Sigmund Freud, los seres humanos son impulsados ​​por instintos primarios, sobre todo sexuales y agresivos. Desde que nacemos, todos poseemos una libido instintiva, el apetito sexual. Freud creía que la personalidad es establecida por la edad de cinco años. Las primeras experiencias tienen un papel muy importante en el desarrollo de la personalidad.
Sigmund Freud propuso cinco etapas de desarrollo psicosexual. Las etapas se denominan “psicosexual” porque Freud creía que cada una está dominada por zona erógena. En cada etapa, la personalidad se centra en la zona erógena significativa.
La teoría del desarrollo psicosexual de Freud es muy famosa y una de los más controvertidas.
1. La fase oral
La fase oral es desde el nacimiento hasta aproximadamente un año de edad. En este caso, la zona erógena es la boca. Según Freud, el bebé no sólo recibe la nutrición de la mama, pero también logra la satisfacción de la experiencia de la succión. En este caso, chupar satisface el deseo sexual.
Si el bebé recibe consuelo y el amor de su madre, va a completar esta etapa. De lo contrario, si la madre no alimenta al bebé con regularidad puede desarrollar una neurosis. El bebé se obsesiona con el logro de la satisfacción de lo que se siente privado. La neurosis tiene un gran impacto en el desarrollo de la personalidad. El bebé va a fijar en la fase oral, que no va a progresar plenamente a las próximas etapas. Él va a crecer y se convertirá en una personalidad oral.
2. La fase anal
Freud llamó la segunda etapa de desarrollo psicosexual la fase anal porque en este caso la zona erógena es el ano. La fase anal, de uno a tres años, se experimenta sólo por aquellos que no se fijaron en la fase oral.
A esta edad el niño empieza a usar el sanitario. Si sus padres le dan demasiadas recompensas para esta acción, el niño puede llegar a sentirse posesivo sobre su defecación. Como resultado, el niño obtendrá placer gracias a sus heces.
Si los padres son demasiado estrictos, el niño puede se puede fijar a la fase anal. Un niño que había recibido un tratamiento estricto de su padre durante la fase anal podría convertirse en una personalidad anal expulsiva y llegar a ser desordenado e irresponsable. Por otra parte, el niño podría convertirse en una personalidad anal retentivo, creciendo hasta ser obstinado, demasiado ordenado y justo.
El Yo aparece por primera vez durante la fase anal. A partir de ahora el ello ya no tendrá control directo sobre cada acción del niño.
3. La fase fálica
La fase fálica empieza a tres años y se termina cuando el niño tiene aproximadamente cinco años. La zona erógena es la región de los genitales. Freud creía que los niños tienen sentimientos sexuales. Según la teoría de Freud, los niños dirigen sus deseos sexuales sobre el padre del sexo opuesto y tratan de aniquilar el padre del mismo sexo.
En el caso de los chicos, Freud llamó  esto el complejo de Edipo. El niño empieza a sentir atracción por su madre y considera a su padre un rival. Se siente como si su padre no debería existir. El niño tiene miedo de un determinado tipo de castigo por parte de su padre – la castración. El niño puede sufrir de ansiedad de castración.
En el caso de las niñas, se habla del complejo de Elektra. Es un poco diferente, porque las niñas no sufren de ansiedad de castración, por razones obvias. Freud sugirió que las niñas creen que ya han sido castrados. Como resultado, sufren de envidia del pene.
Durante esta fase, el superyo aparece por primera vez. Las normas morales de los padres son asimilados en la personalidad del niño.
Si una niña se obsesiona en este momento, podría seguir sufriendo de la envidia del pene. Un niño que se obsesiona en la fase fálica podría continuar tener miedo a la castración. Como consecuencia, los niños y las niñas pueden llegar a ser amantes frígidas.
4. La fase de latencia
La fase de latencia se desarrolla desde los seis años hasta la pubertad. Durante este período se suprimen los intereses de la libido. Esta etapa se define como un período de calma. A los seis años el niño entra en la escuela y se vuelve más interesado en el desarrollo de las relaciones sociales. La fase de latencia es importante en el desarrollo de las habilidades sociales.
5. La fase genital
Freud llamó a la última etapa del desarrollo psicosexual la fase genital. La etapa comienza durante la pubertad y dura para el resto de la vida de una persona. La gente empieza a desarrollar un fuerte interés sexual para el sexo opuesto. Si se han completado las fases anteriores, el individuo ahora debe estar bien equilibrado.

Articulo: http://www.scielo.sa.cr/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1409-41851999000100011


La teoría de Sigmund Freud es una de las principales teorías en la psicología. Freud fue sin duda una persona diferente. Trabajó duro para entender la mente humana. Su propósito principal era explicar cómo funciona la mente humana, lo que nos hace tener una enfermedad mental y cómo podemos ser curados.

Su trabajo no fue en vano. De hecho, la teoría de Freud fue un enfoque revolucionario. Podemos decir que su trabajo fue un paso adelante en la psicología.
Sigmund Freud descubrió la existencia del inconsciente. Freud desarrolló su primera teoría, según la cual nuestra personalidad se compone de tres instancias:inconsciente, preconsciente y consciente.

El inconsciente representa todos los contenidos que no están presentes en nuestra conciencia. Freud creía que los deseos inaceptables de toda la infancia son expulsados ​​de la conciencia y forman parte del inconsciente. Según la teoría de Freud, el inconsciente es un reservorio de impulsos primitivos, sexuales y agresivos. Estos pensamientos inconscientes se expresan en los sueños, los lapsus linguae. Por supuesto, todavía hay especialistas e investigadores que no aceptan esta idea.
El preconsciente es el intermediario entre el inconsciente y el consciente. Un impulso agresivo o sexual primero debe pasar por preconsciente, para llegar a la conciencia. En esta situación, el preconsciente tiene el poder de decidir si el impulso puede llegar a la zona consciente o no.

Articulo: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S0185-24502010000200007&script=sci_arttextnte es capaz de recibir información tanto del mundo externo y el inconsciente.
LA RACIONALIZACION. 

Es una forma de negación en la que, para evitar el conflicto o
la frustración, se dan razones o se expresan argumentos que ocultan, justifican o encubren los
fallos o contrariedades. Mediante este mecanismo, el sujeto se defiende del efecto frustrante y
trata de convencerse que, en el fondo, no deseaba aquello que no ha conseguido.



LA INTROYECCION.


 Este es un mecanismo de defensa que consiste en introyectar, mediante la absorción, identificación o imitación, ciertas cualidades que tienen los "objetos externos". El sujeto actúa imitando al padre o a la madre, al profesor, al actor de moda o a aquellas personas con las que se identifica.

LA PROYECCIÓN.



La proyección es un mecanismo de defensa mediante el cual "escupimos" sobre el mundo o sobre los demás aquellas emociones, vivencias o rasgos de carácter que deseamos desalojar de nosotros mismos por inaceptables. Todo lo que resulta placentero es aceptado como algo perteneciente al propio yo. Todo cuanto resulta desagradable, molesto o doloroso es sentido como ajeno al yo.


LA FIJACIÓN.

 Es una intensa adhesión a algo o a alguien, como la fijación de la madre
en el complejo de Edipo, o al padre en el de Electra. La fijación se refiere, mayormente, a
adherencias desarrolladas en la infancia que persisten de una manera inmadura o neurótica en el
adulto. Su consecuencia es la inaptitud para desarrollar otras adhesiones normales desplazando la
libido hacia otras personas u objetos. Es estos casos, el sujeto conserva las mismas ideas y la

misma manera de hacer las cosas. La fijación conduce a la rigidez mental.

LA SUBLIMACIÓN.



Dentro de los mecanismos de defensa más positivos para la descarga de las tensiones podemos considerar la "sublimación". La sublimación viene a ser como un medio de alcanzar satisfacción en forma sustitutiva o imaginaria a las dos tendencias básicas de nuestros instintos: la sexualidad y la agresividad.  Se trata de un tipo de comportamiento  o conducta en el que tendencias, impulsos, o deseos que son moralmente y culturalmente rechazados por la conciencia, se descargan canalizando su energía en torno a comportamientos socialmente aceptados.