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PsicoPsicologia
En este blog podrás encontrar información y conceptos generales a cerca de lo que es el psicoanálisis.
sábado, 24 de enero de 2015
Ello, yo y superyó son los tres
elementos de la mente humana definidos por Sigmund Freud. Según la teoría de
Freud, nuestra personalidad se compone de tres elementos: ello, yo y superyó.
Ello
El ello se consta de
todos los componentes biológicos de la personalidad, como los instintos
sexuales y agresivos. Este es el único componente de nuestra personalidad
que está presente en nuestra vida desde que nacemos. Los otros elementos se
desarrollan durante nuestra vida. El ello funciona inconscientemente, responde
directamente a nuestros instintos.
El ello es como una fuente plena de
instintos primarios. Es como la “olla a presión”. Según la teoría freudiana, el
ello se guía por el principio del placer, que tiene un único
propósito – obtener satisfacción inmediata de todos los deseos y necesidades
humanos.
Parece que es imposible satisfacer
todas las necesidades y deseos de nuestra vida. A veces una necesidad puede ser
dejada insatisfecha. Los que no cumplan sus necesidades van a experimentar un
estado de ansiedad o tensión.
Como ya he dicho, el ello está presente
en nuestra vida desde que nacemos. Por ejemplo, un bebé hambriento gritará
hasta que su necesidad se satisface. El ello es muy importante en nuestra vida,
porque nos guía a satisfacer nuestras necesidades primarias para sobrevivir.
Cuando nuestras necesidades están
satisfechas, lo que sentimos se llama placer. El ello no se ve afectado por la
realidad o la lógica. Las consecuencias no significan nada para el ello, él
tiene un soló propósito: satisfacer las necesidades primares.
Yo
El yo es responsable de la relación con
la realidad. Este componente de la personalidad tiene el propósito de
asegurarse que los impulsos del ello pueden expresarse de una manera aceptable
para la sociedad en que vivimos. El yo desarrolla varios mecanismos de defensa
para hacer frente a la ansiedad y las tensiones.
El yo es impulsado por el principio
de la realidad que trata de satisfacer los impulsos del ello de una
manera aceptable. El principio de la realidad compara los costos y los
beneficios de una acción y después, decide actuar o abandonar los impulsos
respetivos.
El yo es el mediador entre los deseos
poco realistas del ello y el mundo externo, el mundo real. El yo también busca
el placer tal como el ello lo hace. Pero hay una diferencia. El ello busca el
placer y no le importa en absoluto las consecuencias. El yo trata de evitar el
dolor y busca el placer de una manera realista.
Freud hizo una analogía: el ello es el
caballo, mientras que el yo es el piloto. El piloto trata de controlar la
fuerza superior del caballo.
A menudo se utiliza la metáfora del
iceberg para explicar la relación entre las tres partes de la psique humana:
ello, yo y superyó. Según esta metáfora, el ello representa la mitad de la
conciencia y una cuarta parte del preconsciente. La otra cuarta parte se
encuentra en el inconsciente.
Superyó
Según Sigmund Freud, el último
componente de nuestra personalidad es el superyó. El superyó incorpora las
normas morales y valores de la sociedad en que vivimos. Aprendemos estas normas
y valores, especialmente de nuestros padres, pero también de otras personas que
nos rodean como amigos, abuelos y maestros. Freud sugirió que el superyó se
desarrolla a la edad de 4 – 5 años, durante la etapa fálica del desarrollo psicosexual.
El superyó controla los impulsos del
ello, especialmente los no aceptadas por la sociedad en que vivimos. Por lo
general, los instintos sexuales y agresivos no son aceptados por las personas
que nos rodean.
El superyó tiene dos partes principales: el
ideal del yo y la conciencia moral.
El ideal del yo es el retrato
imaginario que muestra cómo debemos ser para respectar las reglas de la
sociedad en que vivimos. El comportamiento que tratamos de lograr es
fuertemente influenciado por nuestros padres y otros autoridades de nuestra
vida. Respectando estas normas y reglas, nos sentimos aceptados, y tenemos
sentimientos de orgullo y logro.
La conciencia moral contiene
información acerca de las cosas y el comportamiento inaceptable por nuestros
padres o por nuestra sociedad. Comportamientos prohibidos pueden conducir a la
pena y el sentimiento de culpa. Por ejemplo, si el yo trata de satisfacer los
impulsos agresivos del ello, el superyó hará que la persona se sienta culpable.
Los seres humanos parecen ser un campo
de batalla donde dos luchadores de gran alcance, el ello y el superyó luchan
juntos. El yo tiene la misión difícil de mediar los conflictos entre el ello y
el superyó. El ello exige la satisfacción de los instintos primarios. El
superyó se centra en las normas morales de nuestra sociedad y puede hacer que
el yo se sienta culpable.
Según Sigmund Freud, una personalidad sana
se caracteriza por un equilibrio entre los tres elementos de la mente
humana: ello, yo y superyó.
Articulo: http://psicoanalisisdefreud.com/ello-yo-y-superyo/
El desarrollo psicosexual
El desarrollo psicosexual es un elemento
importante de la teoría psicoanalítica. Según Sigmund Freud, los seres humanos
son impulsados por instintos primarios, sobre todo sexuales y agresivos. Desde
que nacemos, todos poseemos una libido instintiva, el apetito sexual. Freud
creía que la personalidad es establecida por la edad de cinco años. Las
primeras experiencias tienen un papel muy importante en el desarrollo de la
personalidad.
Sigmund Freud propuso cinco etapas de
desarrollo psicosexual. Las etapas se denominan “psicosexual” porque Freud
creía que cada una está dominada por zona erógena. En cada etapa, la
personalidad se centra en la zona erógena significativa.
La teoría del desarrollo psicosexual de
Freud es muy famosa y una de los más controvertidas.
1. La fase oral
La fase oral es desde el
nacimiento hasta aproximadamente un año de edad. En este caso, la zona erógena
es la boca. Según Freud, el bebé no sólo recibe la nutrición de la mama, pero
también logra la satisfacción de la experiencia de la succión. En este caso,
chupar satisface el deseo sexual.
Si el bebé recibe consuelo y el amor de
su madre, va a completar esta etapa. De lo contrario, si la madre no alimenta
al bebé con regularidad puede desarrollar una neurosis. El bebé se obsesiona
con el logro de la satisfacción de lo que se siente privado. La neurosis tiene
un gran impacto en el desarrollo de la personalidad. El bebé va a fijar en la
fase oral, que no va a progresar plenamente a las próximas etapas. Él va a
crecer y se convertirá en una personalidad oral.
2. La fase anal
Freud llamó la segunda etapa de
desarrollo psicosexual la fase anal porque en este caso la
zona erógena es el ano. La fase anal, de uno a tres años, se experimenta sólo
por aquellos que no se fijaron en la fase oral.
A esta edad el niño empieza a usar el
sanitario. Si sus padres le dan demasiadas recompensas para esta acción, el
niño puede llegar a sentirse posesivo sobre su defecación. Como resultado, el
niño obtendrá placer gracias a sus heces.
Si los padres son demasiado estrictos,
el niño puede se puede fijar a la fase anal. Un niño que había recibido un
tratamiento estricto de su padre durante la fase anal podría convertirse en una
personalidad anal expulsiva y llegar a ser desordenado e irresponsable. Por
otra parte, el niño podría convertirse en una personalidad anal retentivo,
creciendo hasta ser obstinado, demasiado ordenado y justo.
El Yo aparece por primera vez durante
la fase anal. A partir de ahora el ello ya no tendrá control directo sobre cada
acción del niño.
3. La fase fálica
La fase fálica empieza a tres
años y se termina cuando el niño tiene aproximadamente cinco años. La zona
erógena es la región de los genitales. Freud creía que los niños tienen
sentimientos sexuales. Según la teoría de Freud, los niños dirigen sus deseos
sexuales sobre el padre del sexo opuesto y tratan de aniquilar el padre del
mismo sexo.
En el caso de los chicos, Freud llamó
esto el complejo de Edipo. El niño empieza a sentir atracción por su
madre y considera a su padre un rival. Se siente como si su padre no debería
existir. El niño tiene miedo de un determinado tipo de castigo por parte de su
padre – la castración. El niño puede sufrir de ansiedad de castración.
En el caso de las niñas, se habla del
complejo de Elektra. Es un poco diferente, porque las niñas no sufren de
ansiedad de castración, por razones obvias. Freud sugirió que las niñas creen
que ya han sido castrados. Como resultado, sufren de envidia del pene.
Durante esta fase, el superyo aparece
por primera vez. Las normas morales de los padres son asimilados en la
personalidad del niño.
Si una niña se obsesiona en este
momento, podría seguir sufriendo de la envidia del pene. Un niño que se
obsesiona en la fase fálica podría continuar tener miedo a la castración. Como
consecuencia, los niños y las niñas pueden llegar a ser amantes frígidas.
4. La fase de latencia
La fase de latencia se desarrolla
desde los seis años hasta la pubertad. Durante este período se suprimen los
intereses de la libido. Esta etapa se define como un período de calma. A los
seis años el niño entra en la escuela y se vuelve más interesado en el
desarrollo de las relaciones sociales. La fase de latencia es importante en el
desarrollo de las habilidades sociales.
5. La fase genital
Freud llamó a la última etapa del
desarrollo psicosexual la fase genital. La etapa comienza durante
la pubertad y dura para el resto de la vida de una persona. La gente empieza a
desarrollar un fuerte interés sexual para el sexo opuesto. Si se han completado
las fases anteriores, el individuo ahora debe estar bien equilibrado.
Articulo: http://www.scielo.sa.cr/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1409-41851999000100011
La teoría de Sigmund Freud es una de las
principales teorías en la psicología. Freud fue sin duda una persona diferente.
Trabajó duro para entender la mente humana. Su propósito principal era explicar
cómo funciona la mente humana, lo que nos hace tener una enfermedad mental y
cómo podemos ser curados.
Su trabajo no fue en vano. De hecho, la
teoría de Freud fue un enfoque revolucionario. Podemos decir que su trabajo fue
un paso adelante en la psicología.
Sigmund Freud descubrió la existencia
del inconsciente. Freud desarrolló su primera teoría, según la cual nuestra
personalidad se compone de tres instancias:inconsciente, preconsciente y consciente.
El inconsciente representa
todos los contenidos que no están presentes en nuestra conciencia. Freud creía
que los deseos inaceptables de toda la infancia son expulsados de la
conciencia y forman parte del inconsciente. Según la teoría de Freud, el
inconsciente es un reservorio de impulsos primitivos, sexuales y agresivos.
Estos pensamientos inconscientes se expresan en los sueños, los lapsus linguae.
Por supuesto, todavía hay especialistas e investigadores que no aceptan esta
idea.
El preconsciente es el intermediario
entre el inconsciente y el consciente. Un impulso agresivo o sexual primero
debe pasar por preconsciente, para llegar a la conciencia. En esta situación,
el preconsciente tiene el poder de decidir si el impulso puede llegar a la zona
consciente o no.
Articulo: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S0185-24502010000200007&script=sci_arttextnte es capaz de
recibir información tanto del mundo externo y el inconsciente.
LA RACIONALIZACION.
Es una forma de negación en la que, para evitar el conflicto o
la frustración, se dan razones o se expresan argumentos que
ocultan, justifican o encubren los
fallos o contrariedades. Mediante este mecanismo, el sujeto
se defiende del efecto frustrante y
trata de convencerse que, en el fondo, no deseaba aquello
que no ha conseguido.
LA INTROYECCION.
Este es un mecanismo de defensa que consiste en introyectar, mediante la absorción, identificación o imitación, ciertas
cualidades que tienen los "objetos externos". El sujeto actúa imitando al padre o a la
madre, al profesor, al actor de moda o a aquellas personas con las que se identifica.
LA PROYECCIÓN.
La
proyección es un mecanismo de defensa mediante el cual "escupimos" sobre el mundo o sobre los demás
aquellas emociones, vivencias o rasgos de carácter que deseamos desalojar de nosotros mismos por inaceptables.
Todo lo que resulta placentero es aceptado como algo perteneciente al propio yo. Todo cuanto
resulta desagradable, molesto o doloroso es sentido como ajeno al yo.
LA FIJACIÓN.
Es
una intensa adhesión a algo o a alguien, como la fijación de la madre
en el complejo de Edipo, o al padre en el de Electra. La
fijación se refiere, mayormente, a
adherencias desarrolladas en la infancia que persisten de
una manera inmadura o neurótica en el
adulto. Su consecuencia es la inaptitud para desarrollar
otras adhesiones normales desplazando la
libido hacia otras personas u objetos. Es estos casos, el
sujeto conserva las mismas ideas y la
misma manera de hacer las cosas. La fijación conduce a la
rigidez mental.
LA SUBLIMACIÓN.
Dentro
de los mecanismos de defensa más positivos para la descarga de las tensiones podemos considerar la
"sublimación". La sublimación viene a ser como un medio de alcanzar satisfacción en forma sustitutiva o
imaginaria a las dos tendencias básicas de nuestros instintos: la sexualidad y la agresividad. Se trata de un tipo de comportamiento o conducta en el que tendencias, impulsos, o
deseos que son moralmente y culturalmente rechazados por la conciencia, se
descargan canalizando su energía en torno a comportamientos socialmente
aceptados.
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